Reflexión previa a romper un corazón

Escrito por Matías | 12 de abril de 2010 2:36 | Dejame un comentario (los del globito ya escribieron)

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Bue... romper un corazón. "Pará... exagerado!" me diría un escéptico, con toda la razón, claro. Bueno, podemos llamarlo hacerte pasar unos momentos de mierda; acelerar unilateralmente el proceso destructivo de la pareja; derrumbar todos los proyectos, ilusiones y esperanzas que uno construyó imaginariamente al lado de otra persona; etcétera. Hasta ahí estamos.


El problema es el después.

El paso número 1 para superar cualquier pena de amor consiste en proyectar toooda la culpa en el otro miembro de la pareja. Todos coincidimos en que aquella persona despiadada, egoísta, inescrupulosa, poca cosa, cobarde e hija de puta, es la culpable primera y única de todos los males momentáneos que nos rodean.
Sin embargo, este artilugio no siempre resulta suficiente. Hay personas que mezclan una sofisticada hermosura con bilis hepático, una dulzura rancia, una heroica incapacidad para construir felicidad y una imbecilidad superlativa.
Es entonces, en este caso, cuando se debe recurrir al paso número 2.

El paso número 2 es sumamente peligroso, fundamentalmente porque uno considera que está superando el asunto. Y en cierto modo sí y en cierto modo, no. Este paso consiste en la racionalización y posterior desvalorización del amor. El razonamiento es básico y simple: si no tiene valor, tampoco lo tiene perderlo. Entonces uno cae en falsas autosuperaciones, en correr el foco a los logros profesionales, en sexo huérfano y en "el amor es una mierda".
El dolor se irá, es cierto. Pero lo grave de este síndrome es que el individuo mantendrá sus barreras altas y su prohibición cual anticuerpos para la pena de amor y se volverá amargamente inmune a la dulce vulnerabilidad del enamoramiento.

Es entonces que si usted está a punto de romperle el corazón a alguien, piénselo bien. Tómese el tiempo, desenamore, aburra, frustre.
No sea cosa de que engendre un inenamorable que ande dando vueltas por ahí.

Comentarios (5)

Sos un turro, pero sabes que igual te adoro!! clap clap!!

Jajajaja, muuuuuuuy bueno!

A- LU-CI-NAN-TE! :)

Realmente me pareció muy buena tu conclusión basada en el análisis subjetivo de experiencias personales previas, en cuanto a la rotura de corazones. Sos un plato "nene"... (you know... I mean... un plato...)

Pauli, Barbi, Catalina Earnshaw: Muchas gracias!
Andre: Fah.

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