Pollo a La Terminal
Escrito por Matías | 9 de diciembre de 2009 14:52 | Dejame un comentario (los del globito ya escribieron)
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Choele Choel es un lugar casi tan perdido como 9 de Julio. Tiene otros encantos, claro, es el sur. Y ya sabemos sobre los encantos del sur.
Las terminales de micros son tan pequeñas que los colectivos que paran en la vereda de enfrente de la casa de mis papás, no cabrían. Tienen unas confiterías (barcitos) muy pintorescas donde se puede comer por poca plata.
Me pedí unos ñoquis con tuco y peceto y un 1/4 de vino de la casa. Llega la comida, llega el vino, llega el sifón. Acá el vino es con soda. Y no se haga el gracioso, no complique al mozo pidiéndole expresamente que no traiga el sifón. Sino, imagine la siguiente situación:
- ¿Coca? No, no, yo te pedí sólo un fernet.
¿No es cierto que no? Bueno, acá es lo mismo. Punto.
El vino me lo trajeron en un jarrito de metal y ¡menos mal que además de los aires acondicionados, dios inventó la soda! Definitivamente el vino no es rico. Ojo, no me quejo, eh, yo me lo busqué... vino de la casa en una terminal de micros.
Las pastas están ricas y vienen con el queso rallado ya puesto. Bastante queso, está bueno.
Otro trago de vino... En serio, es feo, feo. No exagero.
Pero el vino no opaca la situación. Es lindo estar acá. Hay una calidez especial en estas confiterías que me hace sentir en casa-viajando. Condensan la delicia del viaje. Bah... la delicia del viajar.
Llega el flan mixto.
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